Maurice Bernard Sendak (Brooklyn,
Nueva York, 10 de junio de 1928 - Danbury, Connecticut, 8 de mayo de 2012) fue
un ilustrador y escritor de literatura infantil estadounidense. Sendak, hijo de
una familia judía de origen polaco, tuvo una infancia enfermiza. Según contó el
propio autor, decidió que sería ilustrador por influencia de la película
Fantasía, de Walt Disney.
Su obra más conocida es el álbum Donde viven los monstruos, publicado
originalmente en 1963 y que sigue siendo un éxito de ventas en todo el mundo.
Sus imágenes son de gran riqueza visual y poder narrativo, y la obra tiene
numerosas implicaciones, adentrándose en el territorio de la dominación, la
libertad, los deseos, la oscuridad, los sueños, los sueños prohibidos y las
pesadillas. En este sentido, no es un autor fácil ni ha sido siempre bien
aceptado por el público adulto, sí por aquellos a quienes dirige sus obras, los
niños; según la American Library Association, La cocina de noche ha sido censurado con frecuencia debido a
ciertas connotaciones eróticas el desnudo infantil que algunos extraen de esta
obra.
Sendak ha realizado incursiones
en algunos otros géneros, como la animación televisiva (Really Rosie, 1975), la
adaptación teatral de Donde viven los monstruos (1979) o la escenografía del
Cascanueces de Chaikovski. A su vez, su obra ha influido en películas como
Dentro del laberinto.
En 1970 recibió el premio Hans
Christian Andersen de ilustración, y en 2003 el premio Memorial Astrid
Lindgren, ex aequo con la escritora austriaca Christine Nöstlinger. En 1963
recibió la medalla Caldecott y en 1983 la medalla Laura Ingalls Wilder.
En una entrevista para el
periódico The New York Times en septiembre de 2008, Sendak reveló su
homosexualidad. El escritor había vivido con un psicoanalista llamado Eugene
Glynn por aproximadamente 50 años, hasta el fallecimiento de éste en mayo de
2007. Sendak nunca se lo reveló a sus padres.
Sendak falleció el 8 de mayo de
2012 en Danbury, Connecticut.
- Editorial: Kalandraka
- Traducción: Miguel Azaola
- Colección: Libros para soñar
- Número de páginas: 48
- Formato: tapa dura cartoné (22 x 29 cm)
- Edad recomendada: 4 años
Es un álbum ilustrado
que trata de un niño llamado Miguel, que en sueños realiza un viaje desde su habitación,
pasando por la cocina, se va al espacio, luego se hunde en una botella de leche
y finalmente acaba en su cama dormido. En la cocina se encuentra con tres
pasteleros preparando ricos pasteles, pero Miguel con sus travesuras lo
destroza todo, aunque luego les ayuda.
Lejos de ser
angelicales, los niños son curiosos, simpáticos, atrevidos y reivindicativos”.
El autor
quiere mostrar el lado más rebelde de los niños apartándose de la idea de que
éstos son inocentes. Con el personaje de Miguel se observa como son curiosos,
atrevidos y extrovertidos. Algunos de los ejemplos de la rebeldía que muestra
Sendak a través del protagonista son: andar desnudo fuera de su habitación,
entrar, a la cocina y meterse en el pastel fastidiando el trabajo de los
cocineros y nadar en una botella de leche después de haber subido en su
avioneta de pastel a la luna.
La estructura
narrativa es la siguiente:
Planteamiento:
el pequeño Miguel se despierta una noche con un ruido y desvaneciéndose de su
ropa emprende su viaje ficticio.
Nudo: cae en
la masa del pastel mientras lo están haciendo y lo hornean con Miguel dentro,
pero una vez sacado del horno el pequeño sale y se crea una avioneta con la que
viaja hasta la Vía Láctea y les lleva la leche que necesitan los pasteleros
para hornear.
Desenlace: acaba
en su cama dormido sin restos de leche ni de pastel.
El narrador es
omnisciente y está en tercera persona y no participa en la historia; la
historia comienza cuando el narrador le hace una pregunta directamente a los
lectores: “os ha contado alguien la historia de Miguel, que oye de noche un
ruido detrás de la pared…?” y de ahí comienza a contar toda la historia del
viaje del protagonista. La historia se narra en presente y no da saltos en el
tiempo.
Los personajes
son Miguel y los tres pasteleros. Miguel es el protagonista, ya que la historia
gira en torno a él, mientras que los cocineros actúan como un personaje
colectivo.
Con respecto a
las ilustraciones, están hechas con lápices de colores o pinturas ya que la
textura es fina y se distinguen bien los detalles. Cada ilustración está dentro
de un cuadrado o un rectángulo pintado de negro, pero el ilustrador no respeta
siempre esos espacios y se sale a los márgenes del cuento. Las ilustraciones
están muy trabajadas, con lujo de detalle, hasta el punto de poner las
etiquetas a los sacos de comida, y eso hace que cobren gran importancia en el
libro y llame la atención de niños y adultos.
El lenguaje
empleado es muy sencillo y breve, habiendo solo una frase por página. La letra
es clara y grande estando todas en mayúscula. Emplea un lenguaje poético existiendo
rima, como por ejemplo: “y aterriza en la masa que había en la cocina”, rima
asonante. Además, aparecen figuras retóricas como las anáforas o las
reiteraciones: “y la aplasta, y la estira, y la estruja, y la aprieta”:
El libro fue
censurado en bibliotecas públicas y escolares por un sector conservador de la
sociedad norteamericana que consideraba escandalosas algunas ilustraciones,
principalmente en las que sale el niño desnudo. Incluso, como he mencionado anteriormente, fue incluido en la lista de los 100 libros más
provocadores de la American Library Asociation con el puesto número 25. A todo
ello, Sendak respondió de la siguiente manera: “Es evidente que detrás de muchas
actitudes puritanas hay mucha suciedad escondida. Parece que un niño pequeño
desnudo sin su pijama es más monstruoso para algunas personas que cualquier otra
monstruosidad del mundo”
La contestación
del ilustrador me parece totalmente acertada, ya que considero que la desnudez
no debería ser un tema tabú para los niños sino que debe tratarse con
responsabilidad y sin escandalizarse por escenas así; porque de esta manera los niños lo van a
entender como algo negativo y es algo natural.
En las
escuelas y por supuesto, en las familias, se debe tratar el tema de la desnudez
con responsabilidad, enseñándole al niño lo que está bien y lo que está mal,
pero sin hacer que sienta vergüenza por su cuerpo desnudo y no considere que es
un defecto; además creo que hay cosas más importantes por las que se deben quejar que es por ejemplo el machismo o los roles de hombres y mujeres que se esconden en muchos cuentos clásicos y actuales.
Bibliografía
-Apuntes de la
clase de Literatura Infantil
Realizado por:
Belén Pérez Trillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario