jueves, 7 de enero de 2016

La cocina de noche

Maurice Bernard Sendak (Brooklyn, Nueva York, 10 de junio de 1928 - Danbury, Connecticut, 8 de mayo de 2012) fue un ilustrador y escritor de literatura infantil estadounidense. Sendak, hijo de una familia judía de origen polaco, tuvo una infancia enfermiza. Según contó el propio autor, decidió que sería ilustrador por influencia de la película Fantasía, de Walt Disney.
Su obra más conocida es el álbum Donde viven los monstruos, publicado originalmente en 1963 y que sigue siendo un éxito de ventas en todo el mundo. Sus imágenes son de gran riqueza visual y poder narrativo, y la obra tiene numerosas implicaciones, adentrándose en el territorio de la dominación, la libertad, los deseos, la oscuridad, los sueños, los sueños prohibidos y las pesadillas. En este sentido, no es un autor fácil ni ha sido siempre bien aceptado por el público adulto, sí por aquellos a quienes dirige sus obras, los niños; según la American Library Association, La cocina de noche ha sido censurado con frecuencia debido a ciertas connotaciones eróticas el desnudo infantil que algunos extraen de esta obra.
Sendak ha realizado incursiones en algunos otros géneros, como la animación televisiva (Really Rosie, 1975), la adaptación teatral de Donde viven los monstruos (1979) o la escenografía del Cascanueces de Chaikovski. A su vez, su obra ha influido en películas como Dentro del laberinto.
En 1970 recibió el premio Hans Christian Andersen de ilustración, y en 2003 el premio Memorial Astrid Lindgren, ex aequo con la escritora austriaca Christine Nöstlinger. En 1963 recibió la medalla Caldecott y en 1983 la medalla Laura Ingalls Wilder.
En una entrevista para el periódico The New York Times en septiembre de 2008, Sendak reveló su homosexualidad. El escritor había vivido con un psicoanalista llamado Eugene Glynn por aproximadamente 50 años, hasta el fallecimiento de éste en mayo de 2007. Sendak nunca se lo reveló a sus padres.
Sendak falleció el 8 de mayo de 2012 en Danbury, Connecticut.
  • Editorial: Kalandraka
  • Traducción: Miguel Azaola
  • Colección: Libros para soñar
  • Número de páginas: 48
  • Formato: tapa dura cartoné (22 x 29 cm)
  • Edad recomendada: 4 años

Es un álbum ilustrado que trata de un niño llamado Miguel, que en sueños realiza un viaje desde su habitación, pasando por la cocina, se va al espacio, luego se hunde en una botella de leche y finalmente acaba en su cama dormido. En la cocina se encuentra con tres pasteleros preparando ricos pasteles, pero Miguel con sus travesuras lo destroza todo, aunque luego les ayuda.
Lejos de ser angelicales, los niños son curiosos, simpáticos, atrevidos y reivindicativos”.
El autor quiere mostrar el lado más rebelde de los niños apartándose de la idea de que éstos son inocentes. Con el personaje de Miguel se observa como son curiosos, atrevidos y extrovertidos. Algunos de los ejemplos de la rebeldía que muestra Sendak a través del protagonista son: andar desnudo fuera de su habitación, entrar, a la cocina y meterse en el pastel fastidiando el trabajo de los cocineros y nadar en una botella de leche después de haber subido en su avioneta de pastel a la luna.

La estructura narrativa es la siguiente:
Planteamiento: el pequeño Miguel se despierta una noche con un ruido y desvaneciéndose de su ropa emprende su viaje ficticio.
Nudo: cae en la masa del pastel mientras lo están haciendo y lo hornean con Miguel dentro, pero una vez sacado del horno el pequeño sale y se crea una avioneta con la que viaja hasta la Vía Láctea y les lleva la leche que necesitan los pasteleros para hornear.
Desenlace: acaba en su cama dormido sin restos de leche ni de pastel. 

El narrador es omnisciente y está en tercera persona y no participa en la historia; la historia comienza cuando el narrador le hace una pregunta directamente a los lectores: “os ha contado alguien la historia de Miguel, que oye de noche un ruido detrás de la pared…?” y de ahí comienza a contar toda la historia del viaje del protagonista. La historia se narra en presente y no da saltos en el tiempo.
Los personajes son Miguel y los tres pasteleros. Miguel es el protagonista, ya que la historia gira en torno a él, mientras que los cocineros actúan como un personaje colectivo.
Con respecto a las ilustraciones, están hechas con lápices de colores o pinturas ya que la textura es fina y se distinguen bien los detalles. Cada ilustración está dentro de un cuadrado o un rectángulo pintado de negro, pero el ilustrador no respeta siempre esos espacios y se sale a los márgenes del cuento. Las ilustraciones están muy trabajadas, con lujo de detalle, hasta el punto de poner las etiquetas a los sacos de comida, y eso hace que cobren gran importancia en el libro y llame la atención de niños y adultos.
El lenguaje empleado es muy sencillo y breve, habiendo solo una frase por página. La letra es clara y grande estando todas en mayúscula. Emplea un lenguaje poético existiendo rima, como por ejemplo: “y aterriza en la masa que había en la cocina”, rima asonante. Además, aparecen figuras retóricas como las anáforas o las reiteraciones: “y la aplasta, y la estira, y la estruja, y la aprieta”:
El libro fue censurado en bibliotecas públicas y escolares por un sector conservador de la sociedad norteamericana que consideraba escandalosas algunas ilustraciones, principalmente en las que sale el niño desnudo.  Incluso, como he mencionado anteriormente,  fue incluido en la lista de los 100 libros más provocadores de la American Library Asociation con el puesto número 25. A todo ello, Sendak respondió de la siguiente manera: “Es evidente que detrás de muchas actitudes puritanas hay mucha suciedad escondida. Parece que un niño pequeño desnudo sin su pijama es más monstruoso para algunas personas que cualquier otra monstruosidad del mundo” 
La contestación del ilustrador me parece totalmente acertada, ya que considero que la desnudez no debería ser un tema tabú para los niños sino que debe tratarse con responsabilidad y sin escandalizarse por escenas así;  porque de esta manera los niños lo van a entender como algo negativo y es algo natural.
En las escuelas y por supuesto, en las familias, se debe tratar el tema de la desnudez con responsabilidad, enseñándole al niño lo que está bien y lo que está mal, pero sin hacer que sienta vergüenza por su cuerpo desnudo y no considere que es un defecto; además creo que hay cosas más importantes por las que se deben quejar que es por ejemplo el machismo o los roles de hombres y mujeres que se esconden en muchos cuentos clásicos y actuales.



 Bibliografía 
-Apuntes de la clase de Literatura Infantil


Realizado por: Belén Pérez Trillo

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