miércoles, 4 de noviembre de 2015

La cosa que más duele en el mundo:


Es una fábula de origen africano, en más en concreto de la Costa de Marfil. Escrito por Paco Liván  e ilustrado por  Roger Olmos, y publicado por la Editorial OQO. Este libro es recomendable para niños mayores de 3 años.
Durante siglos, los cuentos han sido, en muchos poblados de África, la primera escuela. Aunque  cada lugar posee su estilo particular para abordar las historias, los cuentos tradicionales africanos además de impregnados de contenido simbólico, atesoran conocimientos y sabiduría ancestral; es común exponer en ellos meditaciones cosmológicas y filosóficas sobre la vida, revivir valores olvidados, tratar de educar, guiar a los individuos y, como en este caso, transmitir enseñanzas.

Argumento:

Este libro narra la historia de una liebre y una hiena.
Un día una liebre se encontró con una hiena y se fueron a pescar juntas, estando allí la liebre le pregunto la hiena que si sabía cuál era la cosa que más duele en el mundo. La hiena empezó a pensar y decir cosas pero la liebre la negaba toda respuesta. La hiena ya cansada de pensar se rindió y fue entonces cuando la liebre le dijo que lo que más dolía en el mundo era la mentira, la hiena se echo a reír. La liebre al ver que la hiena no la hacía caso hizo un trato con ella. Que consistía en : la hiena le haría daño en la pata a la liebre, y esta le demostraría que duele más una mentira que un arañazo.
La hiena sin pensárselo hincó los dientes en la pata de la liebre, esta dolorida salió corriendo al bosque. Al día siguiente la liebre fue al palacio del rey y dejo en su puerta un pastel  maloliente, enseguida se acercaron las moscas y le preguntaron qué estaba haciendo. La liebre le conto el trato con la hiena para demostrarle lo que duele una mentira, las moscas aceptaron y se fueron.
Al poco tiempo se acercaron los guardias reales a la puerta y observaron aquel pastel, rápidamente fueron a mostrárselo al rey, como no sabían como decírselo la única manera fue mostrándoselo. El rey muy enfadado llamó a todos los animales del reino para ver quien había dejado esa ofensa en su puerta.
Acudieron todos los animales del reino, y todos se declararon inocentes. Entonces, el rey mando a llamar a las moscas, ellas reconocerían quien había sido. Las moscas recordando el plan acordado con la liebre afirmaron ver a la hiena dejando ese pastel en la puerta. La hiena dolida quiso defenderse pero nadie la creía, asique tuvo que huir lejos del poblado con el rabo entre las piernas y con un dolor muy grande en el pecho.

Opinión:

Este libro lo aconsejaría para niños de 3 y 5 años, porque creo que es un libro fácil de leer y con muchas ilustraciones, y una buena etapa para aprender el valor de la mentira y la verdad.  
Me gusta este libro porque trata el tema de la mentira y enseña a los niños los valores de la verdad mediante dos animales muy diferentes entre ellos como son la liebre y la hiena y la importancia que tiene sobre la sociedad de decir  la verdad. Pero por otra no me gusta porque trata también el tema de control de esfínteres haciéndolo ver como un tema vergonzoso, ofensivo y difícil de tratar. Puesto que no se refiere en ningún momento a la palabra "caca" en sí,  sino que lo esquivan, y al final del libro hace que la hiena se vaya avergonzada por algo que no ha hecho; y esto los niños lo pueden interpretar de una manera negativa.

Formato del libro:

Las páginas del libro son gruesas y duras con las esquinas redondeadas, para facilitar el manejo de las páginas a los niños cuando lo lean.

La cubierta:

La portada o cubierta es llamativa para los niños, pero no tanto porque utiliza colores pastel, y además las ilustraciones de Roger Olmos presentan personajes expresivos, hiperbólicos, cargados de humor. Con trazo preciso y agudo, aporta su visión personal de una historia que, a través de un divertido ejercicio de escritura nos ofrece.

Colección:

Forma parte de una colección: Colección O

El número de páginas de este libro son:        

36 páginas.

Enlace Youtube del cuento y teatro


 Realizado por: Claudia Redondo Álvarez

No hay comentarios:

Publicar un comentario